jueves, 17 de julio de 2014

Slyudyanka- Baykal

Slyudyanka 23 de junio 2014
He tenido fiebres siberianas; ya estoy mejor, pero me he pasado dos noches temblando como un poseído. La fiebre tenía picos altos y repentinamente bajaba para volver a subir horas después... Entre los delirios me venían imágenes del Baykal, inmersiones en sus profundas aguas oscuras y seguidamente salidas a la luz de manera súbita; ¡todo ha sido muy extraño...!

Diálogos en el Baykal.
Aunque el propósito era acercarme a la zona que mayor fuerza misteriosa y telúrica que desprende la tierra, me negué a entrar en el juego del “periplo chamánico” del lago Baykal. Tenía suficiente con saber que me encontraba ante los reflejos más antiguos de la tierra, ante la mayor reserva de agua dulce que existe; agua germinal que había estado en estado sólido durante millones de años. Siberia tiene unos cambios climáticos que hacen del lago Baykal un centro de interés físico y espiritual; no hace falta más que pensar que en invierno los camiones puedan caminar sobre las aguas igual que Jesús caminó en el lago Tiberiades. Dicho esto no hace falta añadir nada sobre lo que estos estados producían en las almas primitivas y lo que pueden producir en nosotros; yo quería entender en primera persona lo que incidían en mi...
Mi intención era contemplar su pureza en los efectos que producía, en las vibraciones del aire de manera directa y no dejarme llevar por los relatos del pasado ni por todas las fantasías que suelen solaparse en estos lugares.
No quise acercarme a la cueva “del Chamán”, ni a la Piedra Buch Noyon en el Valle Tunkinskaya y menos a los santuarios chamánicos de la montaña Baytog Manhay, justo al lado de Irkutsk, donde aún quedan grabados rupestres y te puedes recrear en la memoria de su existencia… Todo eso era un programa de agencia y pensé que podía consultar con gran despliegue de detalles en cualquier momento. Mi intención era “dialogar” directamente con el lugar, encontrarme ante el espejo de las aguas como ante el reflejo del mundo y obtener mis propias conclusiones. Pensé que entrar en el proceso histórico, en el encanto de los rituales, en las valoraciones de los demás y en todos los juegos del turismo cultural era una perdida de tiempo…
Mi experiencia fue muy positiva, diría extraordinaria, y aunque estuve muy poco tiempo; unas sesenta horas, de las cuales más de la mitad fueron con niebla, todo fue una conexión cargada de emoción. Estuve en Litvyanka, Slyudyanka y en las estribaciones del río Angara. Cada momento tuvo sus consecuencias en mi memoria, sobre todo el atardecer del día 23 de junio cuando el sol caía y parecía que todo quedaría en nada. Fue entonces cuando la luz me regaló los instantes más memorables... He sacado una 1200 fotografías de Irkutsk y de los lugares mencionados. Considero que sólo un 7% tiene interés para mi investigación sobre la “realidad estética”.
De la serie de los cuervos y las gaviotas no salvo ninguna, aunque son las que he publicado y me han dado pie para “rescatar aquí” un relato que escribí hace 30 años. De las que si salvo y confío en ellas son las que delatan la luz, las que se filtran entre las rocas que de desdoblan como un espejo; el cielo, el bosque, las aguas, los pescadores y los bordes del lago...
Para sacar conclusiones de interés seguramente tendría que vivir allí unos años, pero mi vida es muy corta y sólo tengo dos pies para caminar; ahora sólo puedo decir que el Baykal ya forma parte de mi pensamiento…

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