lunes, 25 de febrero de 2013

Hildegarda de Bingen



Una de las revelaciones de Hildegarda en la cual el hombre es el centro del universo. Una anticipación a la propuesta de Leonardo da Vinci.

Hildegarda de Bingen.

Desde muy joven, Hildegarda tuvo una constitución física débil, su cuerpo sufría y su mente empezó a experimentar visiones lacerantes. Nació en Bermersheim en el valle del Rin durante el verano del año 1098 y desde el comienzo de su vida su familia la consideró una ofrenda a Dios. Su vida se programó para ser un voto sagrado y cuando ella tomó conciencia de este hecho, en 1141, le acontecieron los episodios visionarios más sorprendentes. Cuando tenía 42 años percibió el murmullo de una piedra hasta hacerle temblar el alma… Experimentó una teofanía integral, reveladora y escuchó la voz de dios que le pedía que escribiera todas sus visiones en libertad y plenitud de consciencia.

-Oh débil ser, residuo de pensamientos y materia en podredumbre: habla, canta y escribe lo que escuchas sin oídos-

En aquel momento decidió que debía intensificar su actividad y escribir sus visiones, dejar en testimonio aquello que su mente era capaz de imaginar; su cometido era traducir los susurros del mundo. Fue de esta manera como Hildegarda constató que podía saber con la intuición mucho más allá de lo que procura el conocimiento. Describió sus visiones y las presentó en bellos dibujos, algunos se convertían en ejemplos de las enseñas astrológicas de la Antigüedad; a pequeña escala el hombre era un reflejo del Universo.

La verdad revelada fue la piedra luminosa de su mente, de esta manera desplegó sus revelaciones en el campo de la medicina, la teología, la filosofía, la medicina, la poesía, el canto y la música.

Entre sus visiones encontró el lenguaje del sagrado e inventó un código con signos gráficos propios para describir lo que el cielo le mostraba. Fue un anticipo de lo que siglos más tarde sería el esperanto; es por este hecho que se le considera la protectora de los esperantistas.
A partir de entonces, Hildegarda escribió sin cesar, redactó sus experiencias, las consultó y las hizo corregir por los mejores latinistas de la época. Entre sus libros destacados se encuentra “Conoce los caminos” (Scivias), una obra rica en ilustraciones y descripciones de cómo ella veía el mundo con los ojos del espíritu. Cito aquí unas palabras que la describen en sus momentos de aprendizaje…

-… estoy interiormente turbada, me acosa una visión, se ha aparecido como una revelación divina. La entiendo así por que no la he visto con mis ojos, sino con el espíritu. Desde mi infancia he contemplado cosas asombrosas, misterios incontables que mi boca no puede expresar. El Espíritu me ha enseñado que las debo creer y así las escribo.
Esta visión ha tocado mi corazón y mi alma; como una llama quemante se ha tatuado en mi. ¡De esta manera me han sido mostradas cosas profundas...!-

También en 1148 y sin haber concluido la redacción del Scivias, una visión la hizo concebir la idea del retiro a un territorio pobre de recursos y crear un lugar para la gloria del espíritu humano. Allí fundó un monasterio, era la colina de san Ruperto (Rupertsberg), cerca de Bingen al oeste del río Rin, justo en la desembocadura del Nahe. Llegó a ser un lugar especial para la educación y recogimiento espiritual de las mujeres, de esta manera podían emanciparse de los monjes de Disibodenberg. En aquel lugar de tierras baldías, Hildegarda tomó el canto femenino como la voz de Dios y entre aquellas bóvedas se elevaron solemnes como lamentos del alma. Son cánticos presentidos que estremecen los sentimientos hasta dejarlos rendidos, cánticos que todavía nos emocionan después de 800 años. El timbre de aquellas voces inspiradas y marginadas, fue una aportación sin mácula, la autentica voz de las sibilas del Rin.

miércoles, 6 de febrero de 2013

La madre



La piedad de Roma. Basílica de San pedro. Miguel Ángel Buonarroti. 1499. mármol de Carrara. 

La madre como arquetipo

Se deduce que para el pueblo judío todos los humanos somos descendientes de Eva, la primera madre y en su ascendencia más cercana, Joaquín, el padre de María, se le asocia al linaje del rey David. Son suposiciones lógicas que comprimen los textos bíblicos, los apócrifos y las intenciones personales con miles de años de historia y de esta manera me obligan a “interpretar los relatados” escritos por personas que no estaban allí cuando María quedó en cinta. Al sintetizar la información y crear metáforas para abarcar los contenidos del personaje se puede perder el hilo de lo que sucedió y debido al inmenso caudal de poder que adquirió el cristianismo después del siglo IV, hasta se puede aceptar que haya “alguna” invención de “cierta relevancia”. No puede ser de otra manera ya que cuando Constantino I aceptó el cristianismo como religión del imperio y se convocó el concilio de Nicea en el 325, las controversias en la fe eran de diversa índole, especialmente estaba enquistada la naturaleza divina de Jesús; María sólo era una referencia desatendida.
El cristianismo sufrió una dura represión en los primeros tiempos, eso junto al ofrecimiento de una esperanza en un mundo que vivía sin ella los llevó al poder, pero ha sido una religión eminentemente masculina, donde la imagen de la Madre no apareció hasta muy tarde y la figura de Magdalena, quizá esposa de Jesús, quedó mancillada con los “pecados” de la lujuria. Hasta hace muy poco se corregían los “desvíos de la mujer” en los asilos de la Magdalena en Irlanda.  Este es el hecho más curioso y a su vez sospechoso, ya que fueron ellas las últimas que estuvieron con Jesús en el calvario, en el entierro y en la supuesta resurrección.
En Nicea se decidió unificar criterios evangélicos, se reguló aquello que era canónico y se consideró apócrifo los textos que no eran “oportunos”, muchos de ellos se consideraron herejías y fueron quemados los documentos y los herejes. Así se "ordenó" el discurso pero no se acordó nada que tuviera que ver con la verdad de María, nada que pudiera alumbrar aquello que provocó y las energías humanas que despertó más tarde. Cuando la iglesia ya estaba en la cumbre del poder, se entronizó su figura en los salones celestiales, escenarios iluminados por la fe y naturalmente fuera de toda discusión posible.
Por las ausencias en el trato a la mujer y por narraciones laudatorias, escritas siglos después de los hechos, podemos entender que en realidad son interpretaciones comprometidas que mitifican los personajes y vierten historias que se encadenan como secuencias prodigiosas. Quizá María trata de verdades presentidas, voluntades inconscientes que abren puertas vitales en la psique humana, insinuaciones entre los impulsos esenciales que a base de repetirlos se configuran como la base de la  realidad sentida. Pienso que es así como apareció el arquetipo de la madre y como pervive en el corazón humano al margen de la creencias religiosas.
Ahora María se nos presenta como una creación literaria, una obra colectiva y un paradigma fundamental, pero el personaje histórico se funde en el papel de la madre reproductora.
Su ubicación y valoración en el tiempo fue tardía, pero la necesidad espiritual de la madre ya existía, ya estaba su lecho abierto, era un hueco activo en la mente. Su recuperación fue motivada por necesidad, la fe se estaba expandiendo y había que crear lugares santos, poseer reliquias y comerciar con lo sagrado. Su recuperación estuvo motivada por la codicia y el deseo de expansión mesiánico, eso la hizo resurgir para acomodarse a rituales antiguos dedicados a la figura de la diosa madre. Todo esto nos hace pensar en la “falsedad” de la historia que relatan los hombres, todo el pensamiento es un tejido colectivo. Ahora pregunto: cómo es que para los que narraron los detalles más prolijos de los milagros de Jesús, en su momento no dejaron una pequeña señal en la tumba de María; ¡tan poco valía su cuerpo y el peso de su alma!
No obstante las razonables dudas sobre la tramoya cristiana sigo siendo mariano, pienso que su presencia es muy anterior al cristianismo y su lugar en la mente humana es consustancial con el misterio de la vida; los hechos son indiscutibles. María ha adoptado todas las figuras de la psicología humana y ha coronado con nombres propios sentimientos y sufrimientos femeninos hasta dejarlos grabados en la conducta. María es la figura femenina más influyente en la humanidad y su legado de obediencia y sufrimiento nos deja un patrimonio incalculable para interpretar el transito de la existencia.
Como mujer histórica enseñó el espinoso camino del calvario; la sumisión y el deber que destila su figura ha sido el castigo que le ha impuesto la moral de los hombres. Como divina se le adjudica ser el vientre de Dios y la madre de todos los seres humanos, de tener desposorios celestiales y concepciones milagrosas... Un cúmulo de alucinaciónes, una paranoia que sufrió y contagió a personas espiritualmente delicadas, entre ellas a Hildegarda de Bingen, la mente más lúcida de la baja edad media que llegó a afirmar que una luz celestial le hizo temblar el alma, a Teresa de Jesús que tenía arrebatos de amor y desplegó una energía asombrosa en beneficio de la mujer religiosa, a Helena Kowalska, la monja que tuvo la mayor correspondencia íntima con Jesús y vivió los dolores del infierno, a Sor María Teresa de la Santísima Trinidad… la que se crucificaba para igualar a Jesús en el dolor. A cambio, Teresa recibía palabras dulces y consoladores deleites de los ojos de Dios. El Señor la acariciaba con amables éxtasis y enajenaciones que explicaba con cierta turbación y para detenerme en este sin vivir del alma humana, reseño a  Bernadette Soubirous,  que se le apareció la virgen en forma de luz y manantial de agua sanadora en Lourdes.
A estas mujeres extraordinarias les siguen una retahíla interminable de beatas, os, monjas y frailes, todos fascinados por su carita de niña más que por el contenido espiritual que proyecta. También María nos dio el dolor adicional de todas las madres, ella perdió a su hijo con los agravantes de la tortura, hecho que le fue anunciado previamente por Simeón; “Una espada traspasará tu alma" En la madurez de su vida quedó separada de sus hijos por cuestiones de fe, a pesar de su numerosa descendencia tuvo que terminar sus días con Juan, Jesús en la cruz lo designó así. “Mujer he ahí a tu hijo. Como esposa no se sabe gran cosa, se la representa recatada, ausente, vaporosa, madre abundante y poco hacendosa, solo se remarcan sus dedicaciones a la oración y es celebrada como hecho extraordinario la visita a casa de su prima Isabel que compartía con ella las visitas y anunciaciones de Gabriel.
Como divinidad ascendió a los cielos en cuerpo y alma, hecho inexplicable que le dio la inmortalidad y pervive a la destrucción del tiempo. Exhortación inspirada que cubre de gloria a un cuerpo abandonado durante cuatro siglos. Paradoja que nos habla de lo posible e imposible confundido entre el poder y las intenciones de la mente.

Paradojas
María ha puesto en la boca de poetas y teólogos expresiones soberbias y paradojas sin fin, de esta manera se ha creado un torrente de palabras que tienen especial sentido dentro del lenguaje de los creyentes.
Castán Lacoma hizo un ejercicio memorable, reunió las combinaciones conceptuales que la unían al misterio de Dios. Estos contrasentidos hacen referencia al extraordinario valor que reúne la maternidad de María, es decir, por ser el arquetipo de la madre de todos los tiempos.

María es pues:
la que existió antes que Dios,
la que dio el ser al creador de todo,
la que sostuvo al que todo lo sustenta,
la que engendró al mismo ser que la creó,
la que cuidó al Dios que nos cuida a todos,
la que tocó los confines de quien no tiene fin
la que encerró en su seno lo Inmenso e Infinito,
la que cuidó como madre a aquel que todo lo ve,
la que tuvo en su vientre a quien no cabe en el mundo,

Esta circunstancia extraordinaria ha inspirado escritores, músicos, cantantes, pintores y escultores en los últimos 1800 años. Su influencia no ha dejado de crecer y ha expandido su presencia por toda la tierra. Sobre María se han escrito más de 2500 libros y se ha aparecido en multitud de ocasiones. Recientemente se encuentra en Egipto, concretamente en el Cairo donde los cristianos coptos tienen problemas con la pujanza musulmana. Entre otros lugares se apareció en mi pueblo, Ejea de los Caballeros, (Zaragoza), fue en el siglo XII, procedía del monasterio de la Oliva en Carcastillo (Navarra), y vino a ahuyentar una epidemias que asolaban la población y a echarles una mano a los cristianos que luchaban contra los moros en la batalla de Luchan, (1105). Los navarros vinieron varias veces a por la Virgen pero ella volvía a la Villa de manera tozuda. Aparecía en aquel agujero abierto entre una losa de piedra y buro. Así fue hasta que le hicieron allí un pequeño oratorio; ya con el tiempo, aceptada como patrona, en el S. XVIII, se levantó la iglesia que todavía podemos visitar.

Así me lo relató D. Miguel…

lunes, 4 de febrero de 2013

Concepción

Fra Angelico, La Anunciación del Museo del Prado, 1420


Concepción
Según el evangelio de Lucas, María era muy joven cuando se le apareció el ángel Gabriel y le dijo:

¡El Señor está contigo!

Así lo contó Don Miguel, el párroco de mi pueblo, fue cuando yo era un niño de seis años; ¡me acuerdo como si fuera ahora mismo! Me encontraba confundido y a la vez entusiasmado, con los ojos asombrados y el pensamiento abierto a los secretos del mundo. Nos dijo que así fue la concepción de la madre de todas las madres y lo hizo conservando la pureza original del cuerpo y del espíritu. Era un día calmado, con el viento saturado de polen y los azules repletos de buenos presagios. Nos hablaba sin cesar y para aparentar que levitaba, se subía en una tarima de cristal, así daba mayor énfasis a la narración. Ponía los brazos en cruz y miraba traspuesto hacia lo alto, como intentando perder el suelo y hacerse ingrávido. Mientras nos explicaba el evangelio nos hacía trucos de magia, hacía servir una bolita roja que aparecía espontáneamente encima de una repisa del pórtico. Aquel día hizo una evocación especial, nos hizo ver como el sol resplandecía entre los intensos azules del cielo y nos recordó que en el momento de la anunciación, el mediterráneo entero se puso a palpitar, el viento alentó las almas y las aguas se calmaron emocionadas. Fue una lección inolvidable que evoco en este instante.

Nos relató que María vivía en una casita sencilla rodeada de un jardín bien cuidado. Estaba sentada y atenta a las voces que traía el destino; pensaba en lo impreciso bajo un pórtico de delgadas columnas. En su cuello lucía un adorno pequeño con el tema de “la flor de la vida” y su cuerpo estaba cubierto con un vestido rosa y una capa azul. Justo enfrente estaba el árbol sagrado, una encina poderosa rodeada de terebintos, acantos y madreselvas. Nos dijo que el perfume de las mismas seducía el aire, también que ante María se abrió la puerta del misterio; lo dijo con los ojos consternados de lágrimas y las manos cogidas al viento; ¡para mi fue un momento extraordinario! Me hizo ver que en aquel momento se creó un instante eterno de consecuencias ilimitadas. Entonces no lo entendí y ahora lo entiendo menos; sólo me llega el encanto de una historia interminable y un poco de ternura si cambio los factores de lugar. Añadió que María se sentía turbada y a su vez felizmente resignada a su destino; la voz de un ángel le había anunciado algo entre susurros cuando fue a por agua a la fuente, después, ya en casa, una luz interior iluminó su mente y la transformó en la madre de Dios y por consecuencia en la Diosa Madre de todos tiempos.

Añadió D. Miguel:

-Un rayo invisible atravesó las pupilas de María, sus manos se cruzaron en el pecho, su cara resplandeció de pureza y una semilla sublime cayó en su vientre.

Entonces Gabriel le dijo…-

¡Salve María, llena eres de gracia!

Fue un hecho extraordinario difícil de explicar y más aún de entender siendo yo tan niño. Me dijo que el caso tuvo consecuencias universales, familiares y teológicas que todavía resuenan como cuestiones de fe. María era virgen y José no lo entendió, dudó y pensó en repudiarla hasta que Dios le ordenó en sueños …

-José, confía en tu mujer, ahora es la matriz del Espíritu Santo, dará a luz al salvador y se llamará Jesús. Regístralo en Belén y seguidamente huye con ellos a Egipto, Herodes conoce la profecía sobre la llegada del salvador y ha condenado a muerte a todos los niños menores de dos años.-

Desde ese momento José aceptó su condición de acompañante afortunado y obedeció los mandamientos; esta era la actitud de obediencia propia del pueblo judío. Así lo cita Lucas y Mateo y parece ser que todo esto aconteció el sexto mes del año 0, a, d, C.


Asombroso
Cuando me relató estos hechos quedé sobrecogido, especialmente me impresionó lo de los niños y no entendí muy bien en que consistía la concepción milagrosa de la Virgen, pero tuve una catequista (mirar entrada), que me hizo ser devoto de la Virgen y también copartícipe de su dolor. Con el tiempo he leído relatos interminables que desmienten las palabras de D. Miguel. Por ejemplo parce ser que María tuvo cuatro hijos más y algunas hijas, que perdió la virginidad con los otros embarazos, que cuando fue a casa de Isabel ella no le había dicho a José que estaba en cinta y temía ser tratada como adúltera. Isabel era madre de S. Juan bautista y esposa de Zacarías, un rabino judío que esperaba con fervor la llegada del mesías. El matrimonio ya era mayor pero también ellos tuvieron el hijo anunciador (S. Juan Bautista) por mandato divino. En aquella breve visita de caracter revelador, María no cantó el “Magníficat” ni afirmó que todas las generaciones le llamarían bienaventurada; ¡en realidad debía tener 13 años! Tampoco relató la “Anunciación”, se ha de entender que son atribuciones puestas en su boca con palabras de Lucas, 1: 26-37.  Que Herodes no realizó la matanza de los inocentes, parece ser que lo que sí hizo fue matar a tres hijos suyos en un arranque de ira. Que los reyes de oriente eran magos, quizá astrónomos adivinos que seguían el rastro de las estrellas y que la muerte de María careció de interés para la iglesia hasta el siglo IV que se celebraron sus recuerdos. Mirad si es grave el abandono que sufrió que hasta el siglo VI no se celebró la dormición de María y en el VII, el 15 de agosto se empezó a celebrar la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. El hecho de su muerte y lugar no está constatado, es un acto de fe que no entra en discusión; ¡su tumba es apócrifa…! La Asunción es en realidad una manera de cubrir la incuria y la laguna histórica que sufría la iglesia respecto a la madre de Jesús.

Seguirá con otros vientos...