miércoles, 6 de febrero de 2013

La madre



La piedad de Roma. Basílica de San pedro. Miguel Ángel Buonarroti. 1499. mármol de Carrara. 

La madre como arquetipo

Se deduce que para el pueblo judío todos los humanos somos descendientes de Eva, la primera madre y en su ascendencia más cercana, Joaquín, el padre de María, se le asocia al linaje del rey David. Son suposiciones lógicas que comprimen los textos bíblicos, los apócrifos y las intenciones personales con miles de años de historia y de esta manera me obligan a “interpretar los relatados” escritos por personas que no estaban allí cuando María quedó en cinta. Al sintetizar la información y crear metáforas para abarcar los contenidos del personaje se puede perder el hilo de lo que sucedió y debido al inmenso caudal de poder que adquirió el cristianismo después del siglo IV, hasta se puede aceptar que haya “alguna” invención de “cierta relevancia”. No puede ser de otra manera ya que cuando Constantino I aceptó el cristianismo como religión del imperio y se convocó el concilio de Nicea en el 325, las controversias en la fe eran de diversa índole, especialmente estaba enquistada la naturaleza divina de Jesús; María sólo era una referencia desatendida.
El cristianismo sufrió una dura represión en los primeros tiempos, eso junto al ofrecimiento de una esperanza en un mundo que vivía sin ella los llevó al poder, pero ha sido una religión eminentemente masculina, donde la imagen de la Madre no apareció hasta muy tarde y la figura de Magdalena, quizá esposa de Jesús, quedó mancillada con los “pecados” de la lujuria. Hasta hace muy poco se corregían los “desvíos de la mujer” en los asilos de la Magdalena en Irlanda.  Este es el hecho más curioso y a su vez sospechoso, ya que fueron ellas las últimas que estuvieron con Jesús en el calvario, en el entierro y en la supuesta resurrección.
En Nicea se decidió unificar criterios evangélicos, se reguló aquello que era canónico y se consideró apócrifo los textos que no eran “oportunos”, muchos de ellos se consideraron herejías y fueron quemados los documentos y los herejes. Así se "ordenó" el discurso pero no se acordó nada que tuviera que ver con la verdad de María, nada que pudiera alumbrar aquello que provocó y las energías humanas que despertó más tarde. Cuando la iglesia ya estaba en la cumbre del poder, se entronizó su figura en los salones celestiales, escenarios iluminados por la fe y naturalmente fuera de toda discusión posible.
Por las ausencias en el trato a la mujer y por narraciones laudatorias, escritas siglos después de los hechos, podemos entender que en realidad son interpretaciones comprometidas que mitifican los personajes y vierten historias que se encadenan como secuencias prodigiosas. Quizá María trata de verdades presentidas, voluntades inconscientes que abren puertas vitales en la psique humana, insinuaciones entre los impulsos esenciales que a base de repetirlos se configuran como la base de la  realidad sentida. Pienso que es así como apareció el arquetipo de la madre y como pervive en el corazón humano al margen de la creencias religiosas.
Ahora María se nos presenta como una creación literaria, una obra colectiva y un paradigma fundamental, pero el personaje histórico se funde en el papel de la madre reproductora.
Su ubicación y valoración en el tiempo fue tardía, pero la necesidad espiritual de la madre ya existía, ya estaba su lecho abierto, era un hueco activo en la mente. Su recuperación fue motivada por necesidad, la fe se estaba expandiendo y había que crear lugares santos, poseer reliquias y comerciar con lo sagrado. Su recuperación estuvo motivada por la codicia y el deseo de expansión mesiánico, eso la hizo resurgir para acomodarse a rituales antiguos dedicados a la figura de la diosa madre. Todo esto nos hace pensar en la “falsedad” de la historia que relatan los hombres, todo el pensamiento es un tejido colectivo. Ahora pregunto: cómo es que para los que narraron los detalles más prolijos de los milagros de Jesús, en su momento no dejaron una pequeña señal en la tumba de María; ¡tan poco valía su cuerpo y el peso de su alma!
No obstante las razonables dudas sobre la tramoya cristiana sigo siendo mariano, pienso que su presencia es muy anterior al cristianismo y su lugar en la mente humana es consustancial con el misterio de la vida; los hechos son indiscutibles. María ha adoptado todas las figuras de la psicología humana y ha coronado con nombres propios sentimientos y sufrimientos femeninos hasta dejarlos grabados en la conducta. María es la figura femenina más influyente en la humanidad y su legado de obediencia y sufrimiento nos deja un patrimonio incalculable para interpretar el transito de la existencia.
Como mujer histórica enseñó el espinoso camino del calvario; la sumisión y el deber que destila su figura ha sido el castigo que le ha impuesto la moral de los hombres. Como divina se le adjudica ser el vientre de Dios y la madre de todos los seres humanos, de tener desposorios celestiales y concepciones milagrosas... Un cúmulo de alucinaciónes, una paranoia que sufrió y contagió a personas espiritualmente delicadas, entre ellas a Hildegarda de Bingen, la mente más lúcida de la baja edad media que llegó a afirmar que una luz celestial le hizo temblar el alma, a Teresa de Jesús que tenía arrebatos de amor y desplegó una energía asombrosa en beneficio de la mujer religiosa, a Helena Kowalska, la monja que tuvo la mayor correspondencia íntima con Jesús y vivió los dolores del infierno, a Sor María Teresa de la Santísima Trinidad… la que se crucificaba para igualar a Jesús en el dolor. A cambio, Teresa recibía palabras dulces y consoladores deleites de los ojos de Dios. El Señor la acariciaba con amables éxtasis y enajenaciones que explicaba con cierta turbación y para detenerme en este sin vivir del alma humana, reseño a  Bernadette Soubirous,  que se le apareció la virgen en forma de luz y manantial de agua sanadora en Lourdes.
A estas mujeres extraordinarias les siguen una retahíla interminable de beatas, os, monjas y frailes, todos fascinados por su carita de niña más que por el contenido espiritual que proyecta. También María nos dio el dolor adicional de todas las madres, ella perdió a su hijo con los agravantes de la tortura, hecho que le fue anunciado previamente por Simeón; “Una espada traspasará tu alma" En la madurez de su vida quedó separada de sus hijos por cuestiones de fe, a pesar de su numerosa descendencia tuvo que terminar sus días con Juan, Jesús en la cruz lo designó así. “Mujer he ahí a tu hijo. Como esposa no se sabe gran cosa, se la representa recatada, ausente, vaporosa, madre abundante y poco hacendosa, solo se remarcan sus dedicaciones a la oración y es celebrada como hecho extraordinario la visita a casa de su prima Isabel que compartía con ella las visitas y anunciaciones de Gabriel.
Como divinidad ascendió a los cielos en cuerpo y alma, hecho inexplicable que le dio la inmortalidad y pervive a la destrucción del tiempo. Exhortación inspirada que cubre de gloria a un cuerpo abandonado durante cuatro siglos. Paradoja que nos habla de lo posible e imposible confundido entre el poder y las intenciones de la mente.

Paradojas
María ha puesto en la boca de poetas y teólogos expresiones soberbias y paradojas sin fin, de esta manera se ha creado un torrente de palabras que tienen especial sentido dentro del lenguaje de los creyentes.
Castán Lacoma hizo un ejercicio memorable, reunió las combinaciones conceptuales que la unían al misterio de Dios. Estos contrasentidos hacen referencia al extraordinario valor que reúne la maternidad de María, es decir, por ser el arquetipo de la madre de todos los tiempos.

María es pues:
la que existió antes que Dios,
la que dio el ser al creador de todo,
la que sostuvo al que todo lo sustenta,
la que engendró al mismo ser que la creó,
la que cuidó al Dios que nos cuida a todos,
la que tocó los confines de quien no tiene fin
la que encerró en su seno lo Inmenso e Infinito,
la que cuidó como madre a aquel que todo lo ve,
la que tuvo en su vientre a quien no cabe en el mundo,

Esta circunstancia extraordinaria ha inspirado escritores, músicos, cantantes, pintores y escultores en los últimos 1800 años. Su influencia no ha dejado de crecer y ha expandido su presencia por toda la tierra. Sobre María se han escrito más de 2500 libros y se ha aparecido en multitud de ocasiones. Recientemente se encuentra en Egipto, concretamente en el Cairo donde los cristianos coptos tienen problemas con la pujanza musulmana. Entre otros lugares se apareció en mi pueblo, Ejea de los Caballeros, (Zaragoza), fue en el siglo XII, procedía del monasterio de la Oliva en Carcastillo (Navarra), y vino a ahuyentar una epidemias que asolaban la población y a echarles una mano a los cristianos que luchaban contra los moros en la batalla de Luchan, (1105). Los navarros vinieron varias veces a por la Virgen pero ella volvía a la Villa de manera tozuda. Aparecía en aquel agujero abierto entre una losa de piedra y buro. Así fue hasta que le hicieron allí un pequeño oratorio; ya con el tiempo, aceptada como patrona, en el S. XVIII, se levantó la iglesia que todavía podemos visitar.

Así me lo relató D. Miguel…

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