miércoles, 29 de agosto de 2012

El necro-litos


A Safiya, Piedra que pende sobre nosotros, Los Monegros.  2006 Colabora: Mar Sanchez

El necro-litos
El Chacal, antes el amante de arrayanes, sufre el desamor de Lucía. Recorre las llanuras del Sahel y exclama en el abandono. Aúlla sin esperanza alguna y hostiga las tinieblas con un palo. Sabe muy bien que aunque Lucía le envía besos suaves y tiernos, aunque escucha sus plegarias y dice que son un lenitivo a su dolor, él es una escusa para ella, lo observa en cada gesto que le dedica y está acoplado a su destino como algo inevitable. Hasta ha manifestado su conformidad en sustituir al Ausente y ponerse el perfume que no le pertenece. Él es leal y cumplirá el compromiso asumido y como siempre, pagará cantando el tránsito por la vida. Dice para sus adentros.

-Con la soledad se finiquita el importe debido; ¡así se desvanecen los sueños!-

Para ti, amor,
tan sólo la llorona
canta de noche

Con las palabras amables y amorosas que ella le enviaba hizo un hatillo y lo guardó con celo en el interior de la piedra, justo donde antes él había grabado su nombre. Primero la llamó Mirto-litos, piedra de mirto o caja de luz, pero al final, al ver el rumbo que tomaba la situación, se vio obligado a cambiar toda la trama de los relatos. Cayó en la cuenta que era mejor dejar las cosas como estaban, Lucía era un diamante engarzado en alianzas del pasado, por ello decidió llamarlo Necro-litos. (piedra muerta) No supo donde esconderla y al final la ocultó en el lóbulo lateral izquierdo de su mente; ¡allí quedó en el olvido!
De esta manera se han dibujado los destinos de estas personas cargadas de sufrimiento y renuncia; ¡todavía se desconoce el final! Nos encontramos delante de una historia que se ha desgranado entre palabras, que podía terminar de manera alentadora, pero ahora queda suspendida, frustrada y rota en un mundo tan necesitado de consuelo.

Tu no me quieres
Juegas como el aire
Entre suspiros

Como acabo de anunciar, él lleva en la mente el necro-litos, la piedra necrosada que lo determina, lo hace sufrir y a su vez apacigua el fiero dolor del mundo. Sabéis también que en su interior oculta el nombre real de Lucía ( ) y los recuerdos amables que se han gestado entre ambos. Pero ella desconoce el tema, no sabe la utilidad práctica de toda esta litúrgica, aunque en su día lo sabrá. Conocéis el hecho de que el Chacal le dio una pequeña réplica para que tuviera cercano el eco permanente del mirto. Es un objeto simbólico que ella ignora y seguramente ahí ha de quedar; ¡una señal más en el olvido! Aunque ahora, después de la recaída de Lucía, se han avivado los significados y cambiado el sentido de los relatos. La piedra irradia aliento benefactor, proporciona confianza y al tiempo hará que las cosas tomen el rumbo debido. En el momento de la entrega no se enteró y es posible que aquella humilde piedra blanca con manchitas rojas continúe extraviada en el bolsillo de su pantalón.

Toma la piedra
Es el espejo fiel
De mis palabras

No obstante piensa que no todo esta perdido, ella lee los relatos con suma atención y hace esfuerzos considerables para encontrar el significado de mensajes que se escapan a la razón de cualquiera. Realmente se trata de un galimatías indescifrable, por otro lado, hay demandas que Lucía no puede cumplir por el momento. Algunos conceptos, los más importantes, quedan encriptados, ocultos como las hojas quedan camufladas en el bosque. Otros, los indiscretos, son los que la hieren directamente; ¡es un tema sumamente delicado! No obstante, ella busca algún valor aplicable para solucionar su aflicción y tiene en la mente la despedida del Ausente con los honores debidos.

Hoy te esperaba
Entre los crisantemos
Clama el adiós

Lucía vivía la dependencia amorosa como un estado de autentica verdad; ¡es una situación sin consuelo! Vive en un litigio permanente consigo misma y le falta confianza para poder avanzar en la vida. No encuentra gran cosa fiable en el contenido encriptado de las antífonas, tampoco en lo que puedan destilar estos textos. Emocionalmente lo puede compartir pero no consigue descifrarlo y menos reanimarse en él. Por otra parte, no cree en los símbolos, no cree en Dios, sólo cree en sus propios sueños y en las vivencias del pasado… Todo esto lo dice pensando en voz alta, casi a gritos, lo hace así para ratificarse en su posición de firmeza.

-Los sentimientos lo son todo, la razón es café frio, ¡con ella sólo se pueden hacer cálculos inocentes y pastelitos de anís!-

Hay momentos que le es indiferente la luz del sol, no cree en nada y se desespera entre contradicciones. Seguidamente puede representar una cara totalmente nueva y también, sentir como nadie la certeza absoluta en el rostro de la muerte. La vive como algo reversible; ¡así espera el retorno del amor perdido! Precisamente ella, la que sabe que el pasado ya no es nada y piensa que sólo es dolor en el recuerdo, se niega a avanzar i se refugia en el duelo.
Lucía se resiste a aceptar lo irremediable, a despedirse definitivamente y así poner las cosas en su lugar; ¡el Ausente lo súplica en las sombras de su rostro!

-¡Por favor, déjame marchar!-

Le dice también usando intermediarios que ella no quiere escuchar.
Lucía tiene un rostro bello pero lo ha cambiado por otro sin pensarlo; ¡ahora es una mascara dolorosa que actúa por instinto! Sin saberlo se encuentra fundida en el poder de su nombre; el coraje, y este poder femenino se oculta en la letra que la describe. Hoy es una voz oscura en el alma de una piedra terminal. Es un poder que se enlaza a los misterios del mundo pero ella lo desconoce y por lo visto no llegará a entenderlo nunca. Lucía tiene el valor de perder la luz de los ojos por un amor imposible y taparse los oídos para llenarlos con murmullos arrancados del sueño; ¡no contempla otra realidad que la que dibujan sus manos!

Te suplicaba
 Con los dedos escribí
En tus cenizas

No obstante la turbación, su obsesión y temor, advierte que el Chacal tiene bajo los pies la firmeza de la losa de los lindes y en su boca se destilan palabras que delatan las presencias del misterio. Le oye cantar cada día, ahí se encuentran en una letanía permanente…

-El mundo es ilusión y la vida es un juego transitorio. -

El Chacal delibera entre verbos obtusos y dice que con ellos refunda el sentido de la existencia y la hacen estable. Es por este motivo que construye los alegatos y los ordena con el cuidado de un jardinero. Modela el discurso letra a letra, como cincela un orfebre un girasol sobre una plancha de cobre. Igual que el escultor infunde sentido a la piedra; golpe a golpe, él imprime en el discurso el poder del creador. Así dibuja la realidad con la leve evocación del verso.
Dice que la voz es la esencia invocada, esa es su verdad y se ilumina en el instante que toma cuerpo de hombre. Junto a la acción de las manos, las palabras son el aderezo dulce que fertiliza los campos y piensa que con ellas se puede seducir el corazón humano. También sabe con certeza que la destilación de las mentes, el fruto del pensamiento en la obra, es la parte esencial de la belleza del mundo.
Afirma que todo aquello que permanece se hace memoria y queda como sentimiento que se mece en el tiempo. Al final del itinerario del ser sólo eso cuenta y merece la pena ser vivido. Por último se comporta de manera cruel y afirma que si hace falta quemar los labios, los ojos y las manos, se queman; todo ha de ser sacrificado por un cometido que eleve el sentido de la vida.

Para Lucía la mirada que se vierte sobre lo real lo es todo: para ella, una piedra pequeña, diminuta, sin sentido, está perdida en un cajón; ¡no significa nada! Para él, ahora es una idea cargada de tragedias, una réplica del corazón herido, el latido mortecino del mundo; es un dolor endémico que anida en su mente.

Sobre la mano
Duerme el símbolo
Nace el saber

Esto decía a la vez que dibujaba una incisión invisible en el aire, una garabato indescifrable pero lleno de emoción. Entonces la piedra tembló una vez más y empezó a rebosar luz irradiante en el lóbulo lateral izquierdo de su mente.
El encuentro entre los dos era imposible, un abismo se abría y ahondaba la tragedia. Ella miraba el pasado, cabalgaba con el caballo invertido y cogida del rabo. Él se despidió con un gesto leve, marchó en silencio y no supo decir nada más

Lucíala no llegó a entender que pasaba…

-El verbo se hizo carne y la piedra sentimiento…-

Esta frase no entra en los anaqueles de la razón, sólo es posible entenderla en las penumbras de la fe y en el oscuro poder de las emociones. Para Lucía representa la fuerza del deseo y el reencuentro con el jardín perdido. Es una frase crepuscular que ampara muchas lecturas, entre ella el renacimiento espiritual. Para algunos es un señuelo para niños, para otros es la revelación del misterio, el camino a la reencarnación. Para el Ausente ya es el prado que se prolonga más allá de sus suspiros. Para el amante de arrayanes una esperanza cargada de melancolía, para el Chacal la puerta que da acceso a los espacios del silencio y para mí, Gregorio Bermejo, un recurso literario…
Con todo esto él llegó a pesar y exclamar otra frase obvia, transparente, y seguidamente otra obtusa e impenetrable. Al final terminó con una sentencia que encadena el juego libertino de las palabras en un discurso absurdo y despiadado…

-¡La luz del amor es una expresión comprensible hasta para los más ciegos!
Lo que cuenta en la vida es como de él se arranca el saber, como se forman las canciones y los maullidos agónicos de las calimbas...
El desamor nos lleva al sacrificio; ¡en esta historia se hace obligado! La piedra de la razón es ahora temblor maligno y crece imparable.-

Él podía entender las dos realidades y la sentencia final también. La palabra germinal y fecunda del amor (en la obra se encuentran las dos) y el dolor y la soledad del creador. En los dos mundos se encuentra la tragedia humana, el inicio y final de todos los procesos vivos. Son las caras de Jano que se alimentan mutuamente, la puerta de entrada y salida de todas las situaciones. Son vasos comunicantes que nos interpelan y nos dejan sentados entre el anhelo de gloria y las heridas del infortunio. A su vez, afirmaba que en los dos lados se daba la relación posesiva, temerosa y egoísta. Afirmaba que el amor crea el impulso que mueve el mundo y con él causa dolor, inseguridad, dependencia y desconfianza. ¡El amor mata!
La pasión amorosa tiene muchos rostros, seguramente Afrodita presenta el más simple y Apolo el más complejo; las dimensiones humanas del saber. El dios Jano y Prometeo tienen sus atribuciones, las máscaras de los días, el inicio del tiempo y el final del mismo, todo queda registrado en el pensamiento humano y él es el que da entidad al ser y da significado a todo lo que hace.
Cada persona tiene su propia configuración del hecho amoroso y en realidad, cada persona se ama así misma, el otro es el objeto de su dependencia amorosa. Queda anotado que es un tema que hace mover los engranajes del mundo y con esa gravedad el Chacal quiso hacer una tesis sencilla, comprimida en tres versos:
En mi se cela lo que de ti deseo.
En ti jadea el sol por un instante.
Los lazos que nos unen son eternos.

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