lunes, 4 de enero de 2021

Origen. Procesos Creativos. La Comella

 

Origen, Génesis, Principio... Granito de Quintana de la Serena. 900X140X100 cm. La Comella, Tarragona, 2020

Autor: Rufino Mesa. La Comella Tarragona. Inicio del proyecto: 1976. Finalización: 2020
La obra está tratada en el libro: Los procesos creativos.

El año 1976 inicie el trabajo de Las fitas (mojones o hitos), elementos verticales que señalan el territorio y se asocian con lo masculino. En aquel tiempo, poner una piedra de pie era construir una metáfora gráfica, ver el movimiento de los límites del espacio, entender el ser o el no ser, la nada que quería convertirla en obra. Así fueron los encuentros con el elemento vertical, la señal en el espacio que define el lugar y define los límites. También realicé las “reflexiones en la cueva”, los lugares de encuentro con lo femenino. Quería saber, ver de otra manera la idea del origen, poner otros elementos en juego y aportar una visión moderna del concepto de “creación”. En la nueva propuesta leí a Heidegger  y quise encontrar la frontera entre “el ser y la nada”. Cimbraba la pregunta: cómo es que estamos aquí si podíamos no estarlo.

En las cuevas surgieron los pensamientos en la penumbra, el origen de la luz mental y el encuentro con lo extraordinario. En la oscuridad surgen las ideas, flamean y se forman los conceptos, aparece la contingencia generada en el Libro oscuro. [1] así fue hasta exponer un poema visual, una “ecuación” que le llamo Origen y lo expreso así (∞ = 0 = ∞). El círculo vacío, el cero sin decimal, termina sobre sí mismo, representa la vacuidad, la perfección del vacío, lo absoluto en la nada.

el infinito
es igual a la nada
que se repite

El año 1978 realicé una acción alegórica para “recuperar” la experiencia espacial del comienzo, la que proporciona el tiempo inicial en el vientre de la madre. Le llamé Espai mínim [2] y fue la continuación de la serie que trataba el tema de El huevo. Esta obra incorporaba conceptos trabajados en la playa de Casteldefels, ideas sobre el espacio y el tiempo y los representaba de esta manera: ¾//¾ .

Esta es una aporía que hay que salvar ya que el infinito se reproduce infinitas veces, pero nosotros estamos aquí para desmentir el vacío del cero, el huevo sin ser simiente. El razonamiento es que el Origen se dio y surgió de la nada.

El significado de este acontecimiento nos hace contemplar el espectáculo conceptual más asombroso y nos permite estar aquí para verlo. La fuerza generadora del sol sobre la tierra es la gran urna del asombro y con ella nos recogemos y alimentamos cada día. Nada se le puede igualar, su expresión es tan poderosa, tan esencial, que de ella surge un concepto difundido entre mis reflexiones: la belleza de la luz produce la flor de la vida y nos regala “la realidad estética”.

el universo:
experiencia poética
flor del instante


[1] Libro oscuro. 1986, Pizarras de Villar del Rey. Extremadura.

[2]  Primero realicé la acción en la riera de Máspujol y posteriormente en 1990, hice la obra con mármol de Markina. Se trata de una escultura de buenas proporciones, actualmente situada en la Morella Nuts en Castellvell del Camp. La idea era unir la cúpula y el cubo en una sola experiencia y terminar de anotar el simbolismo del huevo como elemento de fecundación. Fue la primera versión del lugar vacío, el huevo para ser ocupado por el espectador ya que para contemplar la obra hay que entrar dentro. En esta escultura la idea aparece completa: fecundar y ser fecundado con ella. Posteriormente, este concepto tomaría fuerza con las mukhalingas (1995-2016), obras de pequeño formato que recogen la fuerza seminal del acto amoroso. Con el mismo principio seguí trabajando en las esculturas para ser ocupadas experimentalmente; Glíptica, (2005), Capilla turkana, 2003, Nsasi (2010), No parlaré mai més (2003-2007), Escucha atentamente (2003-2007). La idea se repitió años más tarde en la Ventana del asombro (2010), y en el concepto de traspasar la puerta del laberinto, la llegada al mundo acompañado del primer aullido; ante ese lugar genésico, siempre aparece la misma pregunta. ¿Qué hay antes de nacer? ¿Qué hay después de morir?

 

Montaje de la obra, fase final.

El logo anunciado apunta hacia una abstracción irresoluble: cómo empezaron los procesos creativos.

¿Qué fecundó al cero?

La nada es cero, como discurso es vacío, nos hace mirar hacia un lugar sin cuerpo, sin espacio definido y sin tiempo memorizado. Este poema visual (∞ = 0 = ∞), propone un suceso incomprensible y apasionante. Así pues, a ese esquema primario le llamé Inicio, Origen, Momento singular y, ya en aquellos años, pensé en grabarlo en una piedra vertical que mirara hacia el sol. La idea es tan persistente que la he seguido, la he trabajado y modelado una y otra vez, así hasta que ha surgido un libro titulado Los procesos Creativos. Soy consciente de que es un relato complejo que se puede hacer sencillo: en el fondo de la cuestión, una piedra vertical es un juego de niños. En este caso presenta ciertas dificultades de lectura, por lo cual, aconsejo la lectura del libro propuesto. Origen, la obra de La Comella, es también un juego de símbolos. Me entusiasma tratar el nacimiento del universo y la manera que tenemos de concebirlo desde la visión estética: nuestro mundo, entre otras cosas, es una bella experiencia.

Uróboros y cueva

Origen es una pregunta recurrente que siempre moviliza la creación. Cuando trabajaba el tema de los huecos, las canteras y los senderos perdidos, me interesé por los motivos simbólicos de lo impermanente, el infinito, el caos y el laberinto. Entonces apareció la experiencia estética en las cuevas. Una caverna tiene mucho de vientre, de infierno y entrar en ella invita a regresar por el corredor del cordón umbilical hasta el inicio del trayecto. Entrar en los socavones suponía iniciarme en los misterios de la vida y la muerte, memorizar los pasos anteriores a la existencia y comprimirlos en un instante. Pensaba que el ombligo es la puerta de un laberinto biológico que nos une al primer ser vivo: por algún motivo, el ADN adopta esta forma. La experiencia me estimulaba a actuar y hacer una alegoría de los procesos reversibles: sabemos que  el infinito es imposible como realidad física. La cueva-huevo ayudaba a remarcar el encuentro con la tierra, obligaba a nacer de ella, salir del tiempo mineral y entrar en un periodo con memoria personal. Ella, la tierra, es la materia que nos hace y nos deshace y, en sus resonancias, estamos incluidos como lo están todas las formas vivas. ¿Qué mueve esta acción infinitas veces?

La idea de la repetición quedó presente en el uróboros, la serpiente que se devora así misma y forma el lazo contínuo.

si no hay fin
no pudo haber comienzo,
flor del origen

 Esta es la incisiva cuestión: la circunstancia que busca la respuesta en la emergencia creativa del origen. En el CERN lo escrutan con un golpe de martillo real, hacen chocar las partículas a la velocidad de la luz hasta crear nuevas partículas. Así han encontrado el bosón de Peter Higgs. Antes, en la leyenda de Thor, el martillo era virtual y tenía la fuerza del rayo. Aquí es real: los electrones se golpean así mismos de frente a la velocidad de la luz. El mito fue primero, él abrió el camino del ingenioso anillo de electrones; así se hizo visible la naturaleza oculta de los procesos creativos y el cero-huevo se llenó de contenidos. (∞ = 0 = 00000000000…1). La creación, el Origen, es un bello relato.

Oportuno es aquí recordar otra visión del comienzo, la que presentó Don Pedro Calderón de la Barca en El Gran Teatro del Mundo:

“Mundo.
¿Quién me llama,
que desde el duro centro
de aqueste globo que me esconde dentro
alas viste veloces?
¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces?
 
Autor.
Es tu Autor Soberano.
De mi voz un suspiro, de mi mano
un rasgo es quien te informa,
y a su oscura materia le da forma”. [3]


[3] Pedro Calderón de la Barca. El gran teatro del mundo. 1643-1645


Origen. La Comella. 2020.

Para entender algunas partes del proceso me he enfrentado al vacío interior, la “vacuidad” como espíritu y he intentado iluminar aquello que desconocía. La fase experimental empezó en la cueva del Garraf y la motivación fue la fuerza de la nada. El no saber fue el motor que movió el acto de pensar. Es decir: la necesidad de conocer mueve la luz interior para ver lo real, aquello que preside el proceso de la acción posterior.

Vuelvo a El Gran Teatro del mundo: 

“Tú, que siempre diverso,
la fábrica feliz del universo,
eres, primer prodigio sin segundo,
y por llamarte de una vez, tú el Mundo,
que naces como el Fénix y en su fama
de tus mismas cenizas”.

En La Comella está instalado el Anell de pedra. Un día fuimos un grupo de personas a verlo, dimos varias vueltas al círculo por la parte interior, es un movimiento insinuado que no tiene otro cometido que el de caminar en círculo. Entonces fue cuando sucedió algo que no pude compartir. Una de las personas caminaba pensativa y seguida por un rumor, cambió la dirección y se detuvo justo en el centro. Afirmaba que sentía rumores, la presencia de voces y lo afirmaba como una verdad indiscutible. Me lo tomé a broma, pero él insistía, seguía escuchando murmullos hasta que me sobrecogí con la idea. Yo no los he sentido nunca, pero tengo ejemplos de cómo la naturaleza habla con la misma voz en lugares y tiempos diferentes.  

Gregorio Bermejo. Tarragona. 30-10-2020

 

 
 



martes, 21 de enero de 2020

El Alto y la pasión gregaria



El Alto y la pasión gregaria

El Alto se ilumina con los rayos directos del sol, con las luces vagabundas que revotan entre las nubes y con los gregarios estímulos de las gentes: ese es todo su patrimonio. Se decora con los cerros nevados del fondo, con las inmensas llanuras, con los pastos secos y sobre todo con el gentío que deambula por sus calles. En aquellas aglomeraciones sin fin no puedes dejar de pensar en la “colmena”, una ciudad nacida de la nada que encaja las almas como en un puzle, las ubica cada una en su lugar y les proporciona atribuciones invisibles.

Si hay un lugar donde la luz es la parte vital, la que configura el nervio estimulado del lugar, esa está en el Alto. Es tan poderosa, tan cegadora cuando es directa, que es ella la que engalana las calles, las llena de expectación y coloca al visitante en un lugar de ensueño. Es tal la aglomeración de gentes, edades y razas que todo se convierte en un espectáculo vivo activado por resortes incomprensibles. En aquel espacio se crea un ambiente festivo con abundancia de todo y con carencias mayores.

Como en La Paz: todo el Alto está en obras y el color dominante es el ladrillo de barro cocido. Casi nada está terminado. En los edificios pretensiosos y finalizados, los colores son magnéticos, electrizantes. La arquitectura es una alucinación: quizá sea el lugar del mundo donde la peor arquitectura se da la mano con las mayores pretensiones. Es el lugar de la “confusión del inca”. Donde la idea de lo que fue ha creado una mitología de lo que es y ha dado un resultado sin alma ni principios estéticos. Las fachadas son el rostro maquillado de la nada, donde los dorados y franjas de colores eléctricos se combinan para atraer la mirada y alejar los sentimientos estéticos...

En la calle el griterío es tentador, las comidas son estimulantes, la galería de retratos es una locura y “el tipismo” lleva el pensamiento al pasado, lo desplaza a una ciudad criolla donde todo es tránsito y el tiempo se expresa con premura.

Dicho todo esto no he encontrado otro lugar con tanta atracción, con tanto magnetismo y capacidad de seducción como aquellos espacios desolados del Alto. Cómo es posible que un lugar sin atractivos naturales, con deficiencias de oxígeno (La ciudad más alta del mundo. 4070 m.n.m.), sin vegetación, con ríos sucios y encajonados entre muros de hormigón, tenga tanto poder para crear la adicción al lugar de 1.000.000 de almas.

Las calles donde se instala el mercado son anchas, desordenadas, sucias, anárquicas y caóticas, pero en todo aquel batiburrillo de productos y gentes se instala un nuevo orden. Los vendedores de fruta, de comida para consumir al instante, de puestos de juguetes, de ropas y productos de todo tipo se ordenan con una lógica asombrosa. El olor del ambiente también pone su nota, en pocos lugares el mercado es tan perfumado. Se mezclan los olores de frutas con los de las salteñas recién hechas, los buñuelos fritos, carnes asadas al carbón o pollos al espiedo.

En cualquier rincón es un lugar perfecto para sentarse, pedir una Paceña y tomar una salteña calentita… La salteña está rellena con legumbres, carne en trozos pequeñitos, huevo duro y suelen poner el líquido que queda de la preparación del jigote. Especialmente se consume por la mañana: yo lo hacía cada mañana en casa de Celita en Santa Cruz de la Sierra...

miércoles, 27 de marzo de 2019

Rufino Mesa, Mukhalinga.

Mukhalinga. Ònix i coure, 5X5X4 cm. 2016

Marius Domingo
http://www.mariusdomingo.com/altacapa/
Rufino Mesa, Mukhalinga. Petita obra d’ònix intervingut amb coure. Sèrie elaborada entre 1995 i 2016, quaranta peces no numerades, signades amb anagrama en la base i sense datar. 96 grams de pes. Un contenidor metafòric de fluids humans que ens recorda els portallàgrimes que es fabricaven a Delf al segle XVII, o les petites caixes amb tapa hermètica que s’utilitzaven per a guardar rapè, molt populars a Europa als segles XVIII i XIX, o els diminuts pots de porcellana per guardar perfum que s’elaboraven el segle passat a la Xina.
La meva àvia vivia a casa nostra, quan tenia vuitanta anys va caure malalta i es passava bona part del dia al llit. Un diumenge va venir el mossèn a veure’ns. Al voltant del llit de la malalta ens vam reunir els nets, el meu pare i la meva mare, la meva tieta Avelina, els meus cosins, una veïna que es deia Amàlia, la senyora Rosario que ajudava a la mare en la casa. Jo tindria uns nou o deu anys. Era un crio. Això passava a començament dels anys setanta. El capellà es va traure de l’interior de la sotana un petit pot metàl·lic que contenia oli sagrat, li va posar al front i a les mans. Daixò se’n deia l’extremunció, per que s’aplicava articulum mortis, és a dir quan estaves a punt de morir. El cas és que l’àvia encara va viure uns quants anys, més de quinze, i per a mi aquells Sants Olis es van convertir en el mític bàlsam de Ferabràs que Don Quixot pren per curar-se de les moltes caigudes que pateix.
Caja de la semilla. Marbre de Macael i coure. 15X15X20 cm. !995
Quan vaig tenir a la mà la Mukhalinga de Rufino vaig pensar immediatament en la meva àvia i vaig reviure aquell moment del final de la meva infantesa que havia oblidat per complert. El poder de la memòria, suposo.
Mentre jo estava al costat de la meva àvia, amb familiars, parents i amics, i mentre el capellà li administrava el darrer Sagrament, l’any 1973 o potser el 1974, Rufino Mesa feia accions efímeres consistents en dibuixar un cercle amb el peu en un sorral i fer dins una marca. Una revolta contra l’art estandarditzat i mediatitzat per la galeria d’art o la sala d’exposicions. Uns anys més tard, cap al 1978, Rufino explorava una petita cova natural en la riera de Maspujols, vivint una experiència catàrtica que condicionaria bona part de la seva trajectòria artística posterior. La cova com a úter, l’espai buit que ens espera, un passadís per on transitem breument, un no-lloc —aprofitant la idea de l’antropòleg francès Marc Augé— de pas amb la capacitat de transformar-nos de cap a peus.
Espacio mínimo. Riera de Maspujols, 1978 | imatge: Assumpa Rosés]
“La escultura-templo se hace expresión del lugar sacro, es un oratorio sombrío que inquieta y estremece. Es un lugar para poner los pies con firmeza, sentir la soledad del ser y experimentar la integración absoluta con la materia. Entre sus muros silentes se descubre la unión de los contrarios, el cuerpo físico cohabita con la energía que desprende los cortes de roca. Ella es presente en todas las direcciones, se cuela por los poros y anima los sentimientos. No puede ser de otra manera, la temperatura irradiante entra y sube hasta la mente y se convierte en palabra, en reflexión sobre la sutil presencia de la realidad estética.” [La mirada creativa, Rufino Mesa en el bloc Las piedras cantan (23 de març de 2013, consultat el 26 de març de 2019). Llegiu més aquí]
El camí recorregut ha estat llarg i fructífer, amb moments destacats com la visita a l’exposició d’Anish Kapoor (Bombai, 1954) que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía i The British Council van organitzar al Palau de Velázquez en el Parc del Retiro de Madrid, a començaments del l’any 1991. La psicologia de la percepció irrompia amb força en l’escultura de la mà de Kappor, aquelles obres connectaven bé amb les que havia produint Rufino Mesa el 1989-90. Però calia marcar distàncies, fet que va condicionar la posterior presentació d’una monumental peça de marbre de Markina situada mes tard a la Morella Nuts (Castellvell del Camp) amb un pes de 15 tones. L’opció va ser simple, el que primer era una cavitat, una cova excessivament “kapporiana”, es transforma en un úter girant la peça 90 graus. Un úter transitable, habitable, espai mínim, un no-lloc silenciós.
Espai Mínim. Marbre de Markina i ferro. 150X150X300 cm. 1989-90
Com el mateix Rufino ens explica en l’inèdit Procesos creativos:
“Con el mismo principio seguí trabajando en las esculturas para ser ocupadas experimentalmente: Capilla Turkana (2003), Glíptica (2005),  Nsasi (2010), No parlaré mai més (203-2007), Escucha atentamente(2003-2007). La idea se repitió años más tarde en La ventana del asombro (2010) y en el concepto de traspasar la puerta del laberinto. La llegada al mundo acompañado del primer aullido; ante este lugar genésico siempre aparece la misma pregunta. ¿Qué hay antes de nacer? ¿Qué hay después de morir? ”

En una llarga passejada puntualitzava, referint-se a  Mukhalinga: “del no res (la llavor minúscula de la que procedim) al no res dels Olis Sagrats, en una càpsula diminuta”. 96 grams, 15 tones.





Un recipient per a les llàgrimes? Quines llàgrimes? Un fetitxe d’amor etern? Pel que sembla aquesta petita peça, més conceptual que material, té el seu orígen a les llàgrimes que les núvies o esposes dels mariners els oferien en un envàs, quan aquests embarcaven per dies, mesos o anys. Ja se sap, les llegendes del mar donen per activar tots els enigmes. Una penyora amorosa, un recordatori, una apel·lació a l’eternitat. O potser un acte fugaç i sublim, immens en el se valor efímer, perible; moral. Un gran material literari i un pou de misteri popular per als poetes, antropòlegs i historiadors. Es diu que malgrat la seva petita mida les dones se’l col·locaven, quan ploraven la futa absència, al llagrimall i des d’allà feien lliscar els seus sanglots. Ja aquesta acció té molt d’artístic i de procés creatiu: de l’immaterial al material. O al revés. (…) ” Joan-Pere Viladecans. “Portallàgrimes”, La Vanguardia. Dissabte, 15 setembre 2018]
La ventana del asombro. Rufino Mesa. Parc d’escultures de Real de Catorce, Estat de San Luis Potosí, Mèxic. 2010. 4 m x 4 m x 4,50 m. Fotografía de José Rojas.]